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A comienzos de Diciembre nos hicimos una escapada a Ushuaia y nos alojamos en Aldea Nevada. Ya les vamos a estar contando en detalle lo que hicimos durante esos días pero creemos que el hospedaje merecía un capítulo aparte. Nos quedamos en una de las cabañas para 2 personas que están dentro de un bosque autóctono de unas 7 hectáreas.
Dentro de las cabañas tenés todas las comodidades necesarias, desde una cocina muy equipada con todos los elementos para desayunar cada una de las mañanas hasta una salamandra hermosa para calefaccionar todo el lugar. Muy espaciosa y luminosa, la habitación está en un primer piso con unos ventanales que dejan ver todo el bosque. La paz que genera despertarse con esa vista o desayunar un rico té mirando todo el predio lleno de “no me olvides”, un encanto visitar este lugar en verano.
Otra cosa que disfrutamos mucho, teniendo en cuenta que el clima nos favoreció, fue el sector parrilla que cada cabaña tiene, con un chulengo y asientos de troncos para deleitarse con toda la naturaleza alrededor. Aunque sean varias, el predio es bastante grande como para que cada una tenga su privacidad.
Tienen un teléfono con llamadas locales gratis para pedir comida o remis, el complejo está un poco alejado del centro de Ushuaia (un poco más de 2 kilómetros) pero de muy fácil acceso, camino al Glaciar Martial. Hay que tener en cuenta que la ciudad más austral del mundo tiene varias subidas pronunciadas en el centro mismo, se puede caminar perfectamente pero puede ser un poco cansador (depende el estado físico de cada uno, claro).
Igualmente todas las cabañas tienen su espacio para estacionar el auto si deciden moverse por ese medio y una de las cabañas es apta para personas con movilidad reducida, algo que no es muy común en la zona.
Otro aspecto que nos parece muy destacable es el entorno, una tarde la dedicamos a dar unas vueltas alrededor de nuestra cabaña y nos sorprendimos para bien, el mismo predio es un paseo. Hay varios senderos para recorrer (cuidado con los patos que andan recorriendo el lugar también), uno de ellos te lleva a un mirador que apunta al gran Canal Beagle donde podemos escuchar varias especies de pájaros en su hábitat natural. En el camino, nos cruzamos con una glorieta pintada de blanco que se destaca entre tanto verde veraniego, nos contaron que este año van a celebrar el primer casamiento ahí mismo, casi de cuento de hadas. Para los más chicos (y no tanto), hay una casa del árbol que se puede visitar casi a la entrada del complejo.
Si les interesa un poco más la historia del lugar, pueden recorrer el Museo del leñador donde se muestran fotografías de época y algunas herramientas originales de aquellos primeros pobladores, una joya sin dudas.
Si bien fuimos en una aerolínea low cost, es sabido que Ushuaia no es la ciudad más económica de nuestro país pero tiene tantos lugares para recorrer que vale la pena visitarla. Hospedarse en Aldea Nevada nos parece una muy buena opción porque tiene una cocina a disposición (y abaratar un poco los costos en comida), desayuno incluído y servicios de hotel como limpieza y recambio de ropa blanca. Sin contar que el descanso en el medio del bosque está asegurado!
IMPORTANTE: Para ayudarlos un poco más a que ustedes puedan visitar este increíble lugar, la gente de Aldea Nevada tiene una sorpresa para los lectores del blog, cuando llamen para reservar solo tienen que decir que van de parte de PROMOS AÉREAS y listo!
La idea principal de este viaje fue probar la nueva ruta de JetSmart que recorre El Palomar – Ezeiza y aprovechamos para quedarnos todo el fin de semana. Los vuelos de esta low cost salen todos los viernes por la mañana desde EPA y vuelven los lunes al mediodía.
Esperamos que puedan disfrutarlo tanto como nosotros. ¡Gracias por la invitación y esperamos volver pronto!
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