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Autor invitado: @gustavodonofrio
En el corazón de Gamla Stan, el casco antiguo de Estocolmo, se encuentra un tesoro escondido que cautiva a los visitantes con su encanto único: Marten Trotzigs Gränd.
Con apenas 90 centímetros de ancho en su punto más estrecho y 36 escalones de longitud, esta pintoresca vía peatonal despierta la curiosidad de quienes se aventuran a recorrer sus adoquines centenarios.
Ubicación y Encanto Histórico
Marten Trotzigs Gränd se encuentra ubicada entre dos de las calles más transitadas de Gamla Stan. Tiene una de sus entradas en el número 81 de la calle Västerlånggatan y subiendo los escalones se sale a la calle Österlånggatan. Su estrechez extrema se debe a su diseño medieval, que data del siglo XVII, cuando las calles estrechas eran comunes en las ciudades europeas como una medida defensiva contra invasiones. Hoy en día, esta calle empedrada se ha convertido en una atracción turística imperdible, ofreciendo a los visitantes una experiencia única de viaje en el tiempo a la Estocolmo antigua.
Historia y Curiosidades
El nombre de la calle, Marten Trotzigs Gränd, rinde homenaje a Marten Trotzig, un comerciante alemán que vivió en Estocolmo en el siglo XV. Se dice que Trotzig era uno de los hombres más ricos de la ciudad en su época y que poseía propiedades en esta área de Gamla Stan. La calle ha conservado su nombre a lo largo de los siglos, aunque la razón exacta detrás de su denominación sigue siendo un misterio para muchos. La calle ya era conocida como Trångsund en el año 1544.
Atracciones y Recomendaciones para Visitar
A pesar de su tamaño diminuto, Marten Trotzigs Gränd esconde algunos tesoros para los curiosos viajeros. Los amantes de la fotografía encontrarán en esta calle estrecha una excelente oportunidad para capturar imágenes únicas de la arquitectura medieval de Estocolmo. Además, los comercios y cafeterías que bordean la vía ofrecen una variedad de productos locales, desde souvenirs hasta delicias culinarias suecas.
Descubrir Marten Trotzigs Gränd es adentrarse en la historia y la autenticidad de Estocolmo. Esta joya escondida en el corazón de la ciudad vieja es un recordatorio encantador de los tiempos pasados y una parada obligatoria para cualquier viajero que desee experimentar la esencia única de la capital sueca.
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