Un recorrido por la Ruta de los 7 lagos

Autor invitado: @paltasosa

Uno de los recorridos más icónicos de nuestro país es la ruta comprendida entre Junín de los Andes y Bariloche. La famosa “Ruta de los 7 lagos”. Quizás por una movida marketinera o para respetar la tradición, se mantenga el número en 7 pero ¿sabían que en realidad son un par de lagos más los que vale la pena recorrer?

Yendo de Norte a Sur, la “Ruta de los 7 lagos” comprende los siguientes espejos de agua:

Cada uno de ellos tiene una belleza particular y merece ser conocido como parte del recorrido, pero a veces el tiempo no es nuestro aliado o la excursión que contratamos sí decide respetar la cuenta y mostrarnos solamente 7. Por lo cual, les dejo el ranking de los que (a mí criterio) ¡no se pueden perder!

Desde cerca o desde su increíble vista panorámica (un poco alejada del centro de la Villa) es sin dudas una imagen irrepetible y única. El Lago Traful nos muestra la mezcla perfecta de imponencia y tranquilidad. Es quizás el más difícil de acceder porque su ubicación está “corrida” de la mítica ruta 40 y el acceso no se encuentra en el mejor estado, pero eso sólo suma a la recompensa final en cuanto lo encontremos. Vale la pena el esfuerzo, miren sino la imagen de portada de este artículo.

San Martín de los Andes es una de las ciudades más hermosas de toda esta increíble zona de nuestro país y gran parte de su belleza se debe a que luego de entrar por la ruta a la ciudad, desembocamos directamente en este imponente lago. Excursiones en catamarán, un par de playas para disfrutar en verano y una excursión de trekking desde la ciudad para acceder a un punto panorámico espectacular son todos los condimentos que hacen que este sea un imperdible. Además, pueden quedarse a disfrutar de la ciudad y hacer noche ahí mismo, asi que matan 2 pájaros de un tiro.

Uno de los tapados, a mi gusto. Mucha gente casi no llega a verlo porque se encuentra pegado a la ruta y la mayoría de las excursiones ni se detienen para que los conozcamos o lo pasamos de alto manejando sin saber lo que nos perdemos. Muy parecido al Lago Espejo, su tranquilidad y el reflejo espectacular de las montañas de fondo son una imagen obligatoria para la fotografía. Como en el Meliquina, es sólo una parada breve, pero que vale la pena y nos regala una de las mejores imágenes para nuestra retina.

El más grande y posiblemente el más famoso, por su cercanía a Bariloche y por la leyenda del Nahuelito, esta es otra parada obligada sin excusas. Podemos no hacer noche en Bariloche si queremos hacer un recorrido más anti-popular, pero si tomamos un vuelo al menos vamos a pasarle por al lado, y al ver un ratito de su belleza y su inmensidad, seguramente nos pique el bichito por dar una vuelta y conocerlo un poco más.

En él, podremos conocer el Parque Nacional Arrayanes, desde Bariloche o Villa La Angostura si aceptan el desafío de hacer un trekking de 13 kilómetros (26 si hacen ida y vuelta) de subidas y bajadas que terminan con este hermoso lago de fondo.

Acercarnos a la orilla de piedras y disfrutar del atardecer en este hermoso lago es una experiencia inolvidable. Quizás uno de los que más marea tiene, aquí podremos disfrutar del sonido del agua acariciando las piedras y no tanto del silencio que caracteriza a los demás del recorrido. Es para pasar un rato, ya que no hay casi infraestructura, pero eso es parte del encanto que tiene.

Dentro del recorrido cercano a Junín de los Andes. Una parte del Parque Nacional Lanín que vale la pena por muchísimas opciones de trekking disponibles y por una pintoresca playa de arena volcánica negra. Pongo los 3 lagos juntos porque forman parte inevitable del mismo recorrido. Cada uno con su encanto, hagan el esfuerzo de estirar su recorrido hasta esta punta del Norte. ¡No se van a arrepentir!

El más pintoresco en esta búsqueda, ya que como su nombre lo indica, no se encuentra a simple vista. Desde la ruta no podemos verlo, pero si nos desviamos y lo encontramos, veremos que vale la pena. Un mini muelle de esos que aparecen en las películas y una tranquilidad casi inquietante son los detalles de lujo de este hermoso lago.

Cabe destacar que cada estación del año ofrece un cambio de paisaje en este paseo. En mi caso particular, prefiero recorrerla en primavera o verano con los árboles totalmente florecidos y con la posibilidad abierta de, si tomamos coraje, no solo disfrutar del paisaje sino también de sumergirnos en las aguas de alguno (o varios) de estos lagos. Aunque, es una tarea para valientes.

Si todavía no están convencidos debe ser únicamente porque ya hicieron el recorrido (y hasta en ese caso seguro piensan volver), pero ¿cómo organizar un viaje que nos demanda tantas paradas a lo largo de una ruta?

La mejor opción, en mi opinión, es ir haciendo noche en distintas partes del recorrido. Comenzar por Bariloche y conocer el Nahuel Huapi (y todas las alternativas increíbles de la zona). Esta primera parada puede llevarles un par de días. Hacer una noche en Villa La Angostura o Villa Traful (si buscan tranquilidad, esta segunda es la mejor opción) deteniéndose en el recorrido en los lagos que se van cruzando. Seguir el camino de la ruta 40 hasta San Martín de los Andes, con la misma premisa que en el paso anterior y pasar un par de noches nuevamente, con la posibilidad de estirarnos desde aquí hasta Junín de los Andes y sus cercanías.

En una visita express este recorrido les llevaría 5 días, alquilando un auto. Pero, si se mueven con excursiones que sean más expeditivas, pueden llegar a recorrer todo en 2 días como mucho.

¿Mi consejo? Disfruten de toda esta zona con más tranquilidad. Desconéctense de todas las preocupaciones del día a día y pasen como mínimo entre una semana y 10 días perdidos entre lagos, bosques, montañas y todo lo que la naturaleza tiene para ofrecer en este recorrido espectacular.