Oculus: la imponente puerta futurista al corazón de Nueva York 🌆

Autor invitado: @gustavodonofrio

En el vertiginoso entramado urbano de Nueva York, donde la arquitectura histórica convive con íconos del diseño contemporáneo, emerge una estructura que no pasa desapercibida ni para los locales ni para quienes visitan la ciudad: el Oculus, el espectacular centro de transporte y centro comercial ubicado en el Bajo Manhattan. Más que una estación, es una verdadera obra de arte futurista que combina funcionalidad, simbolismo y una estética impactante.

Diseñado por el reconocido arquitecto español Santiago Calatrava, el Oculus fue concebido como una alegoría del renacimiento: su forma de alas extendidas busca evocar una paloma blanca elevándose hacia el cielo. Esta imagen no es casual. La construcción se alza justo al lado del World Trade Center, en el mismo sitio donde los atentados del 11 de septiembre de 2001 dejaron una herida profunda. En ese contexto, el Oculus representa un símbolo de esperanza y renovación.

Inaugurado en marzo de 2016, este edificio se convirtió rápidamente en uno de los puntos más fotografiados y visitados de Nueva York. La estructura está hecha principalmente de acero blanco y vidrio, permitiendo que la luz natural inunde el interior, especialmente al mediodía, cuando el diseño arquitectónico permite un efecto de iluminación impresionante que resalta su carácter casi celestial.

El Oculus se encuentra en el 185 de Greenwich Street, en pleno corazón del distrito financiero, dentro del complejo World Trade Center. Está conectado directamente con el One World Trade Center, el 9/11 Memorial & Museum y los principales rascacielos del área. Su estratégica ubicación lo convierte en un punto de tránsito fundamental tanto para turistas como para neoyorquinos.

Forma parte del World Trade Center Transportation Hub, uno de los centros de transporte más importantes de la ciudad, que conecta varias líneas del metro de Nueva York, el PATH (el tren suburbano que comunica con Nueva Jersey) y distintos servicios de autobuses y trenes.

Aunque su función principal es servir como centro de transporte, el Oculus es también un sofisticado centro comercial conocido como Westfield World Trade Center. Aquí los visitantes pueden encontrar una gran variedad de tiendas de primeras marcas, boutiques de moda, tecnología, cosmética y gastronomía de alta gama.

Entre las tiendas más populares están Apple, Eataly, Sephora, H&M, Kiehl’s, Victoria’s Secret, y muchas otras. Además, el lugar alberga eventos culturales y exposiciones temporales, convirtiéndose en un espacio vivo, en constante movimiento.

El centro comercial abre todos los días, generalmente entre las 10:00 y las 19:00 horas, aunque algunos locales pueden extender sus horarios. El acceso al edificio en sí es libre y gratuito, por lo que muchos turistas lo visitan simplemente para admirar su arquitectura o tomarse una foto bajo su impresionante techo abovedado.

Para los viajeros que se trasladan en metro, las estaciones más cercanas son:

Desde cualquier punto de Manhattan se puede acceder fácilmente, lo que lo convierte en una visita obligada para quienes recorren el sur de la isla.

El Oculus no es solo una estación. Es una experiencia. Su diseño futurista, su historia cargada de simbolismo, su ambiente moderno y su conexión directa con algunos de los lugares más emblemáticos de Nueva York lo convierten en un sitio que combina perfectamente arte, arquitectura, memoria y vida urbana.

Quienes lo visitan suelen quedar impactados por su majestuosidad y su quietud interior, un marcado contraste con el bullicio exterior de la ciudad que nunca duerme. Ya sea para hacer compras, tomar una conexión de transporte o simplemente admirar su diseño, el Oculus es uno de esos rincones que no deben faltar en el itinerario de cualquier viajero que desee conocer otra cara —más moderna, reflexiva y visualmente impactante— de Nueva York.