¿Qué hacer un día en San Petersburgo?

Autora invitada: Parisian Spots

La ciudad de los zares guarda muchos tesoros para quienes se aventuran a visitarla.

La dificultad del idioma y el hecho de que en muchos sitios no se hable inglés no debe ser un obstáculo para esos viajeros que queremos verlo todo.

Conocida como la Venecia del norte, San Petersburgo se encuentra a orillas del río Neva y está llena de canales y bellos puentes con vistas fabulosas. Allí sigue estando el buque Aurora, desde el que los marinos dieron el cañonazo que inició la revolución en 1917.

Su avenida principal, Nevsky Prospekt, servirá de guía para orientarte en todo momento. Allí se encuentran las más importantes tiendas, iglesias y monumentos. Una parada obligada para los amantes de la arquitectura: en el número 28 se encuentra la librería Singer, estilo art nouveau, de varios pisos y con una cúpula de cristal. También hay un célebre café con el mismo nombre.

Las estaciones de metro son verdaderos palacios bajo tierra, vale la pena tomar este medio de transporte. loshchad Vosstaniya, Tekhnologichesky Institut, Baltiyskaya, Narvskaya, Kirosvsky Zavod y Avtovo son algunas de las más bellas. Las paradas están escritas en alfabeto cirílico y latino, así que no hay posibilidad de perderse. Es el más profundo del mundo luego del de Moscú y el ticket cuesta 45 rublos. No son boletos de papel, sino monedas (“tokens”) y se pueden comprar en ventanilla o en las máquinas.

El Museo del Hermitage y el Palacio de Invierno, una prueba del gusto de los zares por el arte barroco y una joya de la arquitectura. Con más de 3 millones de piezas, es uno de los más grandes del mundo. La sala del trono es una de las más impresionantes, de 800 metros cuadrados de superficie, columnas de mármol y ornamentos de bronce.

La Iglesia del Salvador Sobre la Sangre derramada, hecha completamente de mosaicos en su interior, una obra de arte. Se encuentra a orillas del canal y dentro hay un espacio cercado que es donde asesinaron al zar Alejandro II en un atentado. También podés visitar la catedral de Nuestra Señora de Kazán, “el pequeño Vaticano”. La vista más linda la ciudad está subiendo los 250 escalones hasta la cúpula de la Catedral de San Isaac: verás el río, el Palacio de Invierno y el jinete de bronce. Para entrar a una iglesia ortodoxa rusa se aconseja a las mujeres cubrirse el cabello.

El Palacio de Peterhof, “Versalles ruso”, es un lugar mágico con jardines interminables y enormes fuentes. Si el día está despejado podrás ver el golfo de Finlandia, ya que se encuentra a orillas del mar Báltico. El trayecto desde el centro es de unos 30 minutos en bus.

La Plaza de las Artes es especial para sus habitantes porque allí está el monumento a Pushkin, escritor al que llaman “el inventor del alma rusa”.

La fortaleza de San Pedro y San Pablo tiene dentro varios museos y una iglesia con el mismo nombre, donde están las tumbas del último zar (Nicolás II) y su familia. La iglesia ortodoxa rusa los canonizó en el año 2000.

El Palacio de Catalina, ubicado en la ciudad de Pushkin, antigua residencia de verano de los zares, también merece la pena si tenés un día extra. Fue completamente destruido durante la guerra y lograron reconstruirlo a la perfección usando antiguas fotos y planos. Sus jardines son impresionantes así como su arquitectura.

Para tener en cuenta: llevar dinero en efectivo, ya que no aceptan tarjetas en todos lados. Los ciudadanos argentinos no necesitan visa para entrar como turistas pero los europeos sí.