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Autora invitada: Vic Boano
Te invitamos a dar un paseo por los Alpes suizos para conocer dos lugares que todo amante de las montañas y los trenes debe incluir en su itinerario: Grindelwald y la famosa cima de Europa, Jungfraujoch.
Grindelwald es un pueblito de ensueño ubicado en los Alpes suizos, en el cantón de Berna. Se puede llegar de varias maneras. La más recomendable (en particular si tienen la suerte de viajar en la primavera europea) es en tren desde Berna, atravesando la zona de Interlakken. Imagínense viajar en un tren cómodo y eficiente por una postal de lagos, montañas, sol, flores silvestres, vacas, granjas…
En invierno, se puede hacer todo tipo de actividades: ski, snowboard, lo que se les ocurra. Y en primavera y verano, se llena de turistas que lo único que quieren es sacarse selfis con las montañas de fondo y comprar chocolate (quien esté libre de pecado…), pero también de aficionados al senderismo, extranjeros y locales, que utilizan Grindelwald como punto de partida para encarar algunas de las muchas caminatas que se pueden hacer en la zona. Como todo en Suiza, los senderos están perfectamente señalizados, con indicaciones de distancia, dificultad y duración.
Un paseo que no hay que dejar de hacer es la famosa excusión en tren hasta el punto panorámico en la cima del monte Jungfraujoch, a 3454 metros de altura sobre el nivel del mar. El ferrocarril es una maravilla de la construcción ferroviaria: su construcción comenzó a finales del siglo XIX y atraviesa túneles abiertos en la roca viva de los Alpes a miles de metros de altura. Desde Interlakken el trayecto completo dura unas dos horas, desde Grindelwald, la mitad, aproximadamente.
Imperdibles: la estación Eismeer, a 3160 metros sobre el nivel del mar, excavada en la roca del monte Eiger, con ventanales desde los cuales se puede observar el glaciar Ischmeer. A la vuelta, chequeen con los revisores para asegurarse de que pueden bajarse del tren y subirse a alguno que venga después, y bájense en la estación Kleine Scheidegg. Junto a la estación hay un restaurante que no es bueno (pidan algo simple), pero tiene unas vistas que los dejarán sin aliento. Recomiendo darse el gusto de mandar una postal desde la oficina postal más alta de Europa.
Advertencias: si lo suyo no es estar rodeado de hordas de turistas, esta no es la excursión para ustedes. ¡Tampoco si sufren de vértigo! Además, subir al Jungfraujoch es tan caro (incluso para personas que ganan en dólares o euros, imagínense con nuestros pobres pesos devaluados) que vale realmente la pena solo si la cima está despejada. Chequeen el pronóstico para la cima antes de comprar los tickets. Se puede conseguir tickets con descuento en verano si se viaja en el primer tren del día. En el complejo hay restaurantes, cafeterías y tiendas varias (Lindt, Victorinox).
Para reservar tickets (no incluidos si compraron pases de tren). Para tener en cuenta: Muchas veces Iberia ofrece pasajes accesibles con escala en Zúrich.
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