Estambul, una ciudad en el medio de Las mil y una Noches

Recorrer Estambul es palpitar historias de sultanes y el gran Imperio Otomano. Llena de mezquitas, parques con flores de mil colores, olor a especias, comercios de todo tipo y un tráfico intenso mezclado con el llamado a los rezos que se escucha por altoparlantes, de día y de noche.

Nuestro viaje, nuevamente, lo impulsó Promociones Aéreas: se abría la ruta de Ethiopyan Airlines desde Buenos Aires y una oferta de pasajes muy económicos que encajaban con nuestras vacaciones de Invierno. Así fue que partimos con mi marido y mi hijo de 15 años a Turquía, vía Addis Abebba.

“Exprimimos” los sitios con información sobre Estambul y descargamos los mapas de maps.me – una aplicación gratuita que funciona offline y siempre nos ayuda – . Definimos los lugares que nos interesaba conocer y la zona ideal para alojarnos. Caminar es la manera más económica, saludable y, sin duda, la mejor para conocer esos lugares que parecen escondidos de los ojos curiosos.

Aterrizamos en el aeropuerto de Atartük y, desde allí, viajamos con transporte público  hasta nuestro hotel en el antiguo barrio de Sultanahmet, cerca del centro histórico.

Dejamos el equipaje y, con lo puesto, salimos a recorrer.

Estambul tiene la particularidad de situarse en dos continentes, Asia y Europa, separados por el estrecho del Bósforo.

La ciudad está llena de subidas y bajadas. De cualquier manera, rápidamente, lográs ubicarte y llegar a donde quieras. La mayoría habla inglés y, como buenos comerciantes, el resto de los idiomas.

¿Qué hacer en Estambul?

La Mezquita Azul (las entradas a las mezquitas son gratuitas – presten atención a la indumentaria para ingresar) es una visita obligada. Rodeada de un parque colmado de visitantes pero increíblemente limpio y prolijo.

Es una obra maestra de la arquitectura. Tiene 6 torres (para nombrarlos como se debe: minaretes) típicos de la construcción Otomana con cúpulas y semi cúpulas. Un edificio imponente y de gran tamaño. El interior es muy impresionante. Con techos altísimos revestidos con azulejos de cerámica de diseños diferentes, es una explosión de color y perfección. Candelabros con miles de velas le dan calidez a la iluminación.

Entre la Mezquita Azul y el Museo de Santa Madre Sofía se extiende el Parque Arqueológico de Sultanahmet que vale la pena visitar, con tiempo.

Tanto de día como de noche, iluminado, es uno de esos lugares para sentarse cerca de su fuente y sólo mirar…Las madres jóvenes con Nicab (una burka cerrada que apenas tiene abertura a la altura de los ojos) tomando helado, los chicos jugando, las aguas danzando y cientos de personas sentadas, disfrutando. Un momento mágico, sencillo, que te hace recordar lo genuino y esencial de las personas.

La Museo de Santa Madre Sofía (Ayasofya) – Museum Pass- Es una antigua basílica católica ortodoxa, posteriormente convertida en mezquita y actualmente, en museo.

La nave principal y sus techos son inmensos. Se pueden ver los famosos mosaicos bizantinos y cientos de cúpulas.

La Cisterna Basílica – no está incluido en el Museum Pass – Es un sistema de reservorios de agua construidos bajo la ciudad. Además de su utilidad, la construcción cuenta con esculturas y representaciones. Caminando por estos caminos subterráneos vimos la Cabeza de Medusa y las Columnas de las Lágrimas, en memoria de los esclavos que murieron en su construcción.

Bazar de las especias

Si la comida es un tema importante en tu vida – como lo es en la mía – el lugar te va a sorprender. En nuestro primer recorrido, nos dedicamos a probar, de todo: Halvá (el verdadero Mantecol) de muchas formas y agregados, Baclavas (EL postre insignia de Turquía: masa filo con almíbar, rellena de pasta de almendras, pistacchios o cualquier fruto seco), aceitunas de mil tamaños y  formas además de fiambres de todos los colores.

El bazar es limpio, prolijo y la gente es muy amable. En las afueras podes encontrar más puestos con productos similares y a mejor precio…

Se toma té en unos vasitos de vidrio, en todos lados y a toda hora. Compramos variedades de tés, sobre todo el turco tradicional. También los famosos vasitos y, por supuesto, unas cuantas bolsitas de especias.

Para el Baclava debería escribir otra nota… probé todos en todos lados, lo comí – literalmente – todos los días del viaje. Y lo extraño!

El Gran Bazar

Es una enorme serie de pasillos que se van intercalando, lleno de espacios divididos en secciones. Un mercado interminable para perderte mirando alfombras, cerámica pintada, alhajas, carteras de muy buena calidad (pero de dudoso origen) y caras, cuero, lámparas, vajilla, vestimentas locales, bolsos y más y más… Preguntando se llega a alguna de las siete salidas. Y ya, en las afueras, el bazar parece que continuara: hay miles de personas recorriendo tiendas – más sencillas que las del Gran Bazar – ofreciendo ropa de deporte, zapatillas, bolsos, camisas, remeras y pantalones. Todo trucho. Mucho, trucho y malo. De cualquier manera los precios son tan tentadores – hay que regatear, desde ya – y algo te llevás…

Vale la pena darse una vuelta por el sector de zapatos. Está lleno de tiendas mayoristas de calzado, hay mucho cuero y un grupo de tiendas de vestimentas típicas con trajes de princesas por doquier… parece que estuvieras en otra época.

Palacio de Topkapi – Museum Pass –

Podés conocer gran parte de este palacio que fue el centro administrativo del imperio Otomano. Está muy bien conservado y permite entender cómo vivían los sultanes. Son impresionantes las salas de lectura y el enorme sector destinado al harem.  

Mezquita de Suleiman

Algo habíamos leído de esta impresionante Mezquita, un centro religioso construido por Suleiman “El Magnífico”. El edificio hace honor a su apodo. Es el más grande que hayamos visto. La impresión y el silencio que provoca el “estar ahí” es similar al que se vive visitando el Vaticano o La Sagrada Familia, en Barcelona. Tiene relieves, cerámicos pintados de muchas tramas y colores distintos, una cúpula con una decoración apabullante, y las alfombras, con colores intensos y arabescos concéntricos. El color, las formas y los detalles no tienen desperdicio. Los jardines están llenos de flores, todo es perfecto. Incluso la vista, porque está situado sobre una colina mirando hacia el Bósforo y la Torre Gálata.

El Puente de Gálata y sus restaurantes

Este puente une los barrios de Eminou (Bazar de la Especias y Karaköy (Torre Gálata). En la parte de arriba, hay cientos de pescadores y por debajo, restaurantes por los que paseamos, pero no consumimos. Son algo caros. Tengan cuidado… los pescadores de arriba del puente tiran pan para atraer a los peces y, si no te ayuda el viento… terminás lleno de migas.

Torre Gálata – no está incluido en el Museum Pass –

Ubicada en el barrio de Karaköy, en la parte alta. No es tan impresionante el monumento en sí mismo… pero sí lo son sus vistas.

Desde allí se ve el Bósforo, el lado asiático de la ciudad y el barrio de Sultanahmet, con la Mezquita de Suleiman.

Ahora lo no tan formal y que emociona. Como les conté, estuvimos alojándonos en el barrio de Sultanahmet en el sector de la Mezquita “Pequeña Santa Sofía”, un barrio histórico donde la vida parecía otra… alejada de la hordas de turistas, paseábamos entre los locales, curiosos. Cerca de nuestro hotel conocimos una plaza junto a la Mezquita, maravillosa… chica, sin turistas. Las madres reunidas en mesas en una glorieta perfecta, los chicos jugando en este parque impecable, con canteros de flores, y un edificio, todo de mármol blanco, donde funcionaba un restaurante. Fuimos un par de veces a esa plaza, supongo que nos trasmitía paz y tranquilidad.

Frente a la Mezquita hay un bar, tranquilo, con un camino de piedra que llegaba hasta la entrada. Fuimos a cenar y a fumar narguile. La gente, genial, se quedo conversando con nosotros hasta tarde, en el parque haciéndonos probar distintos sabores de tabaco, enseñándonos a fumar…otro momento mágico.

Caminando conocimos, también, lo que no está en las guías: cómo viven y qué hacen los turcos a diario… los bares de hombres donde se juntaban, por horas a jugar a las cartas – una especie de Rumi -, a tomar té y a fumar… Cómo fuman!!!!.

El llamado al rezo estremece. Se produce seis veces al día y estés donde estés siempre lo escuchás desde alguna de la miles de mezquitas que se distribuyen por toda la ciudad. La primera, dos horas antes del amanecer y la ultima, con la última luz del día. Te recuerda dónde estás, que la gente es muy creyente y que la vida se detiene en esos momentos sagrados.

Fuimos a comer a un resturante de la comunidad Rusa que nos aconsejaron en el hotel. Distinto y rico.

A las personas que conocimos conversando les costaba comprender que no éramos musulmanes – el 95 % de la población turca profesa esa religión -. Si bien eran muy respetuosos, les llamaba la atención.

Nos faltó mucho por recorrer de Estambul y sus alredores. Un ciudad fascinante por belleza e historia.

Turquía por completo no tiene desperdicio y hay mucho por conocer.

Seguramente volveremos !!!

Tips:

En la mezquita Azul, si no tenés la ropa apropiada,  te prestan túnica con velo (abaya)  que devolvés cuando salís. Si sos un poco quisquilloso con el tema de utilizar ropa usada… con temperaturas algo elevadas… te aconsejo que hagas el recorrido de las mezquitas con la ropa que corresponde. Los siguiente días lo resolví con un par de pañuelos grandes colgados en la cartera…. pollera larga y velo en un minuto.

Museum Pass Istambul

La tarjeta Museum Pass Istambul tiene un costo de 185 TL, una duración de 120 horas (5 días) y da acceso a los siguientes museos y monumentos: Museo Ayasofya (Santa Madre Sofía),

Museo Palacio Topkapi y Apartamento Harem, Museo Arqueológico de Estambul y otros.

Tengan en cuenta que es un país musulmán, no beben alcohol.

La cerveza o vino que ese consigue es importado para los turistas, por lo cual su precio es mayor. No había en los restaurantes donde nosotros nos movíamos, tomábamos te como ellos.

Como llegar desde Estambul Atatürk Airport hasta Sultanahmet en transporte público. Al llegar a Estambul Atatürk Airport debes seguir las señales del Metro/Light Rail (M1A rojo) para poder llegar a la estación de metro “Atatürk Havalimani”. Desde ahí sale el metro hacia Yenikapi, cuando te encuentres en la sexta parada Zeytinburnu puedes cambiarte al tranvía (T1- azul). Los tranvías con dirección a Kabatas te llevan a Sultanahmet, esta es la 15ª parada.

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Autor invitado: Viajar, vivir el mundo