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Autora invitada: Viajerísima
Ubicada en el corazón de Europa, Praga, capital de la República Checa, es considerada una de las ciudades más bellas del mundo.
Su riqueza histórica y cultural, su patrimonio arquitectónico perfectamente conservado y la magia que envuelve sus rincones la convierten en un destino especial.
Además de las clásicas visitas a su castillo, museos, monumentos y el famoso reloj astronómico, la ciudad ofrece algunas actividades únicas para una estadía inolvidable:
- Disfrutar una obra de teatro negro, el género teatral originario del lugar. Un espectáculo que combina trucos de luces, mímica, música y danza. El fondo del escenario y los actores están completamente vestidos de negro y la iluminación destaca los objetos fluorescentes que parecen estar flotando. Las obras más conocidas son Aspects of Alice y Antología.
- Navegar por el Moldava, el río que atraviesa la ciudad. Contemplar Praga desde el agua cruzando el Puente de Carlos tiene un encanto especial, sobre todo al atardecer cuando se tiñe de dorados y naranjas. Hay cruceros de una hora desde 11 €.
- Contemplar la ciudad desde las alturas desde sus varios miradores: el de la Torre de Petrin, el mirador de la torre de Zizkov, el de la Torre del antiguo Ayuntamiento y los del Castillo brindan panorámicas asombrosas.
- Tomar una buena cerveza, la bebida nacional de los checos. Es más barata que el agua y su origen se remonta a tiempos ancestrales. Disfrutarla en alguna de sus legendarias cervecerías, hacer una escapada a Pilsen – famosa por la fábrica de cerveza Pilsner Urquell – o tomar un baño en un spa de cerveza son experiencias incomparables.
- Descubrir los mercados callejeros donde se pueden conseguir productos frescos, platos típicos, recuerdos y artesanías. Algunos como el de Havelská datan del siglo XI y otros son super modernos, como el Manifesto, un mercado de diseño con puestos de street food que funcionan en containers. En época de Semana Santa y Navidad se arman mercados temáticos en la Plaza Wenceslao y la Plaza de la Ciudad Vieja.
- Pasear por la pintoresca Isla de Kampa, en pleno centro de la ciudad. Rodeada por el Moldava y por un canal artificial es uno de los rincones más románticos y animados de la ciudad. Le dicen la Venecia praguense y alberga el famoso muro de John Lennon repleto de grafittis, antiguos molinos y un hermoso parque público ideal para relajarse o hacer un picnic.
- Disfrutar de los espacios verdes en los Jardines de Havlicek, un parque inspirado en el renacimiento italiano con fuentes, cascadas, hermosas vistas sobre Praga y sus propios viñedos donde degustar un buen vino.
- Traer un recuerdo de cristal de bohemia, el cristal tradicional checo famoso por su calidad. Se pueden adquirir todo tipo de productos desde copas, adornos y joyería con precios para todos los bolsillos. Es interesante conocer alguna de las fábricas ubicadas en los alrededores o visitar el Museo del Cristal situado en la localidad cercana Karlovy Vary.
- Probar el plato nacional “vepřo knedlo zelo”, carne de cerdo asada acompañado de pasta y col que se consigue fácilmente en cualquier restaurante. Hay una versión con la col ácida con mucho vinagre, y otra agridulce que lleva azúcar en la preparación.
- Aprender algunas frases en checo para comunicarte con los locales es una vivencia muy singular, ya que se trata de una lengua que sólo se habla oficialmente en este país. Si bien el inglés es común en las zonas turísticas, los checos estarán encantados y serás muy bien recibido al saludar con “Ahoj” y agradecer con “Děkuji”
¿Visitaste la capital checa? Contanos tu experiencia en los comentarios!
Si aún no lo hiciste, cerrá los ojos e imaginala mientras escuchás a Joaquín Sabina interpretando “Cristales de Bohemia”.
Miguel Saraceni
Hermosa ciudad, si andan por ahí les recomiendo tomar algún tour de esos gratis a pie por la ciudad. Se recorre y aprende mucho. Es una ciudad para caminarla y perderse por sus calles. Saludos
Noemi
Si eres mayor de 70 , los transportes ( tram , bus , etc )por la ciudad son gratis