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Mendoza es reconocida a nivel mundial por su región vitivinícola, cuya estrella es la uva del tan renombrado Malbec (hoy 17 de abril es el día internacional del Malbec), aunque en las visitas descubrimos que hay una extensa lista de varietales que quizás no son tan conocidas, pero que están en auge, como el Sirah, Petit verdot, Cabernet Franc, entre otros…
Si bien después de visitar varias bodegas, se pueden descubrir que los procesos por los que se concibe el vino son parecidos, en realidad las bodegas en sí, difieren bastante en sus estilos pero sobre todo en sus historias y sabores.
Hay diversas maneras de recorrer las bodegas en Mendoza, y lo importante a tener en cuenta son las distancias. Los recorridos se pueden dividir en 3 regiones principales: Maipú, Luján de Cuyo y Valle de Uco. La manera más conocida y popular es contratar un tour con traslados que te llevan a visitar entre 2 y 3 bodegas, algunas incluyen también la visita a alguna productora de aceite de oliva y/o el almuerzo.
También hay tour de vinos en bicicleta para poder disfrutar de los paisajes que regala la región. Hay un bus vitivinicola que recorre diferentes zonas cada día y tiene paradas predeterminadas en ciertas bodegas, uno se puede bajar y subir las veces que quiera dentro del horario. Otra opción es utilizar transporte público o alquilar un auto para hacer el recorrido por las bodegas o fincas que les interesen conocer. Esto ya requiere una investigación previa de cada lugar y las distancias, recuerden que la mayoría de las bodegas requieren reserva para la visita/degustación.
Gracias a las MUCHAS recomendaciones que recibimos en las redes sociales, nos encontramos con una opción especial para los más exquisitos: Contactan a Hugo Laricchia quien se dedica a organizar tours personalizados en base a los gustos de cada viajero, les suma traslados y la gestión de las reservas. Si bien tampoco usamos esta opción, nos dió unos tips que fueron muy bien recibidos.
Durante nuestro viaje disfrutamos de sólo 3 de las 1.600 bodegas que hay en la ciudad y alrededores. Hicimos todos los recorridos por nuestra cuenta ya que teníamos pocos momentos disponibles. Les contamos cuáles visitamos:
La primer bodega que conocimos produce desde 1920 y fue fundada por inmigrantes italianos. Pronta a festejar sus 100 años, Dante Robino es una bodega moderna que preserva el interior de su edificio, incluyendo las piletas originales donde descansa el vino.
Aparte de incursionar en las formas de producción para los diferentes vinos que produce el lugar, durante el recorrido pudimos observar un museo con las primeras maquinas que se usaban el siglo pasado, ademas de la particularidad de tener una muestra itinerante de artistas mendocinos en diferentes partes del recorrido.
Para finalizar, Sebastian (nuestro excelente anfitrión), nos dejo degustar las delicias de alta gama de la bodega con una hermosa vista a los viñedos.
Con un paisaje inmejorable en la zona de Agrelo, nos recibieron en una hermosa finca, denominada Decero. Lo bueno de este lugar es que no solo tiene una visita guiada como la mayoría, sino que podes recorrer solo la finca, los viñedos, ir a almorzar al primer piso de la misma.
Llegamos a la hora del almuerzo y lo primero que nos impacto fue el escenario natural en el que se encuentra, rodeada de un paisaje que pareciera pintado.
La atención fue inmediata y muy buena. Probamos de sus mejores vinos y la verdad es que no podemos decidirnos por ninguno. ¡Nos gustaron todos! El menú es completo y te permite ir probando plato a plato el maridaje de cada copa. Es un almuerzo de 5 pasos acompañado de 5 copas de vino que se puede consumir de manera libre. También ofrecen un upgrade de vinos para degustar 2 varietales extra.
El sábado antes de medio día, fuimos hasta Lujan de Cuyo para visitar Bodegas Lagarde. Lleva este nombre en honor al primer enólogo que trabajo en la bodega.
El lugar es amplio y campestre, invitandote a disfrutar la tranquilidad ni bien subís al deck rodeado de viñedos.
Nos recibieron con una guía contándonos sobre la historia del lugar que hoy está dirigido por 2 mujeres y hermanas. Además de recorrer el proceso de producción, probamos sus vinos de alta gama, especialmente su estrella «Henry» que es el vino de autor de la bodega. Toda la cata fue guiada para ayudarte a entender los sabores y aromas presentes.
Luego de la degustación caminamos por los viñedos y por una gran huerta de donde sacan las verduras con la que suelen hacer sus almuerzos y cenas.
Aprendimos un montón sobre vinos, degustamos cosas ricas y nos quedamos con muchas ganas de conocer más, esperemos que pronto haya alguna oportunidad para volver.
Ignacio
Finca Decero es hernosa y tiene vinos barbaros! En Agrelo mejor zona Mendoza… Y una salvedad hay 900 bodegas aprox registradas en INV…